domingo, 20 de enero de 2008

Capítulo 4.- De vuelta al colegio.

Ya había amanecido cuando Harry se despertó, alguien le había quitado los lentes y lo habían arropado con una sábana; escuchó voces en la habitación, no muy lejos de su cama.
- Ya es casi mediodía.
- Quieres dejarlo dormir, debe estar cansado.
- Pobre, debe extrañarlo mucho, nunca lo había visto así.
- Será mejor que continuemos con los quehaceres, si no, nunca terminaremos.
- Cierto y si tu mamá nos encuentra aquí nos regañará, vamonos.

Harry mantenía los ojos cerrados mientras sus amigos estaban ahí, no deseaba ver a nadie todavía después de lo ocurrido anoche. Se escucharon unos pasos que salieron y una puerta se cerró tras ellos. Harry se incorporó lentamente y se puso sus lente, examinó la fría habitación ya conocida, el cuadro del tatarabuelo de Sirius estaba vacío, lo cual fue muy agradable, así Harry no tendría que soportar sus insidiosos comentarios. Se quedó un rato recostado viendo hacia el techo, la crisis ya había pasado y se sentía mejor, siempre y cuando no se apareciera Kearcher en su camino. Ya era la hora de la comida y no tardarían en subir a buscarlo, así que se levantó, se cambió la ropa que traía y se dispuso a bajar a la cocina. Cuando llegó ahí se encontró solamente con la Sra. Weasley, que terminaba de preparar la comida.
- Hola Harry, querido, ¿como estas?, ¿pasaste bien la noche?. – la Sra. Weasley se acercó a examinarlo.
- Bien, gracias – contestó Harry algo avergonzado, luego agregó con un hilo de voz – perdón por lo de anoche.
- Oh cariño, no tienes porque disculparte, se por lo que estás pasando y no es fácil; ven siéntate, por favor. – indicó la Sra. Weasley un par de sillas en la mesa. Cuando se sentaron ella lo miro con profundo cariño y comprensión, como una madre a su hijo.
- Sirius te quería mucho, tú eras el hijo de su mejor amigo, y para él era como tener a James de vuelta a su lado y eso lo ayudaba a salir adelante. Sirius siempre fue muy rebelde desde chico porque pasó por muchas cosas malas en su vida, su familia nunca lo quiso, pagó con 12 años de su vida un crimen que no cometió, fue odiado por casi todo el mundo mágico por algo que no hizo; lo único que alegraba su vida eran sus amigos, y cuando los perdió, llagaste tú, lo conociste y lo salvaste, y te convertiste en su nueva familia.
>> Sirius siempre fue muy audaz y temerario, y tengo que decirlo, algo irresponsable, le gustaba arriesgarse, pero siempre que sus amigos corrían peligro, no le importaba arriesgar su vida por ellos; aunque el mismo “quien-tú-sabes” lo estuviera esperando en la puerta de la casa, habría ido a buscarte. Se que es muy cruel que el destino lo haya sacado de tu vida de esa forma, justo cuando por fin tenías una verdadera familia, pero no estas solo, nos tienes a nosotros, que siempre te apoyaremos. Lo más importante ahora es que tú no tuviste la culpa de lo que pasó, no lo pienses ni por un minuto; todos sabíamos a lo que nos enfrentábamos cuando nos metimos en esto, así que no quiero que te mortifiques más, tampoco creas que te has quedado solo. ¿de acuerdo?.
Harry miró a la Sra. Weasley que le sonreía cariñosamente, él no dijo nada, solo asintió con la cabeza; talvez era el hecho de que la noche anterior se había desahogado un poco o que solo necesitaba escuchar que él no tenía la culpa (aunque su conciencia siempre le diría que sí), pero después de aquella conversación mejoró su ánimo considerablemente. Harry le devolvió la sonrisa a la Sra. Weasley y ésta le dio un fuerte abrazo y luego continuó con la comida.
Justo en ese momento entraron Ron, Hermione, Ginny y los gemelos.
- Oh Harry, estás aquí, ¿como has pasado la noche?. – preguntó Hermione.
- He tenido peores. – respondió Harry encogiéndose de hombros.
- Bueno, ya está la comida, todos a sentarse, niñas ayúdenme a poner la mesa, por favor.
- Y... que tal las vacaciones – preguntó Ron como para hacer plática.
- Igual que siempre – respondió Harry – odiosas, lo único agradable, por así decirlo, fue la visita de Luna…
- ¡¿Qué?!, ¿Luna te visitó?
- Si, ayer por la tarde.
- ¿Luna Lovegood?
- Si… ¿que tiene eso de extraño, fuera de ella misma?
- No, nada, solo me sorprendió – por algún motivo Harry creyó ver una expresión burlona en la cara de su amigo que empezaba a ponerse algo rojo – y… a qué fue – tratando de sonar casual pero intentando controlar una risita tonta.
- Solo a saludarme.
- Vaya, si solo a saludarte – parecía no controlarse más, los gemelos también querían atacarse de risa y las chicas fingían no escuchar, aunque estaban algo ruborizadas (sobre todo Ginny).
- ¿Qué les pasa? – preguntó Harry, desconcertado.
- Lo que pasa es que Ron no se explica como le haces Harry – dice Fred entre risas.
- ¿Cómo hago qué?
- Como le haces para gustarle a tanta chicas – continúa Goerge, apretándose el estómago de tanto reír.
- ¡¿QUÉ?!, es una broma ¿verdad?
- No, no es broma – contestó Hermione con calma, ella y Ginny ya habían tomado asiento mientras los gemelos y Ron se atacaban de risa. Harry no entendía nada y Hermione, al ver su expresión de incomprensión, decidió contarle.
- ¿Has recibido noticias de Cho últimamente?
- No, ¿por qué habría de recibir algo de ella?
- Porque ella me escribió hace una semana para preguntarme directamente si era cierto que entre tú y yo había algo.
- Y ¿qué le contestaste?
- La verdad, que solo somos amigos desde primero, además me preguntó que si salías con alguna otra chica como Parvati, recuerda que la invitaste a ella al baile de navidad, o talvez alguien de Hufflepuff, alguien debió decirle que frecuentas otras chicas.
Harry trataba de asimilar todo eso en su mente ¡¿él buscando novia?!
- Pues la verdad es que ya no me importa lo que Cho piense o haga, no tengo tiempo ni ganas de tener novia por ahora. – dijo con calma – Además, como si realmente fuera cierto que le intereso a tantas chicas, por favor.
- Mira Harry – dijo Ron entre risas – te puedo hacer una lista si quieres. Para empezar está Ginny, aunque ya se dio por vencida – al decir esto la pequeña pelirroja soltó la cuchara y se agachó bajo la mesa para buscarla (si, claro ;-)), Ron continuó – después esta Cho, dudo que te haya olvidado de la noche a la mañana, y recuerdas esas chicas que querían ser tu pareja para el baile de navidad, eso sin mencionar a Myrtle la llorona y ahora Luna también.
Aquello fue demasiado para los gemelos, que estallaron en sonoras carcajadas.
- Las mujeres te persiguen – dijo uno de ellos.
- Solo falta que también le gustes a Hermione – agregó el otro. Al escuchar el comentario, Ron dejó de sonreír y se puso colorado como un tomate, Hermione también se ruborizó y trató de ocultar su cara bajando la mirada.
- Bueno, quieren callarse de una vez y comer, o se enfriará la comida – gritó la Sra. Weasley.
Para ser honestos, en aquel momento Harry no estaba muy interesado en las mujeres, su primera experiencia con Cho no había sido lo agradable que él hubiera querido y no tenía muchas ganas de tener novia por el momento, además tenía otras cosas en que pensar.

Los días iban pasando tranquilamente en Grimauld Place, al parecer Kearcher, el elfo doméstico de la casa, se había marchado o escondido, Harry no lo sabía, pero era bueno que no se lo encontrara. El ánimo de Harry ya no era tan cambiante como el año pasado, generalmente estaba de buen humor, jugaba con Ron al ajedrez mágico y otras cosas, de vez en cuando se quedaba en su habitación a meditar por largos ratos y sus amigos entendían que no quería que lo molestaran. También leía mucho, sobre todo libros de defensa contra las artes oscuras, ahora sentía la necesidad de estar más preparado que nunca.
Conforme avanzaban las vacaciones, ya estaban esperando todos sus cartas de Hogwarts. En esta ocasión en especial, Harry, Ron y Hermione también recibirían los resultados de sus T.I.M.O.’s.
Por fin, el día esperado llegó, las cartas ya estaban ahí.
- ¡Que bien, por fin han llegado, no podía esperar más! – dijo Hermione emocionada que temblaba como gelatina.
- La verdad a mí no me emociona mucho que digamos. – comentó Ron, algo pálido. Harry no dijo nada, su sobre estaba pesado y traía varias cartas, la primera le comunicaba (como siempre) que las clases empezarían el 1 de septiembre y venía adjunta la lista de libros y materiales que debían comprar; la 2° traía los resultados de sus T.I.M.O. s:

ENCANTAMIENTOS..................................................................................................S
TRANSFORMACIONES.............................................................................................S
DEFENSA CONTRA LAS ARTES OSCURAS..........................................................E
POCIONES...................................................................................................................A

Para su sorpresa, Harry aprobó con las calificaciones que necesitaba todas las materias que se requerían para la carrera que había escogido, que era la de auror, incluso Pociones, lo único malo es que tendría que ver otra vez a Snape por 2 años más, pero fuera de eso, se sentía feliz de tener las posibilidades de ser un auror. Ron también se sentía satisfecho de sus resultados pero Hermione estaba como loca de felicidad.
- ¿Qué pasa? – pregunta Harry a Ron al ver la reacción de su amiga.
- Hermione sacó “S” en todos sus TIMO’s, obtuvo uno de cada materia. ¿Que tienes tú?.
Harry le mostró su carta con las notas.
- Pues te fue bastante bien ¿no?, mira a mí – Ron mostró su carta a Harry, vio que su amigo había conseguido unos 3 “A”. – no está mal ¿verdad?.
- Claro que no – respondió Harry al momento que sacaba una tercera carta del sobre amarillento de pergamino. Lo que leyó lo dejó boquiabierto y paralizado como una piedra:

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director Albus Dumbledor
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).

Estimado señor Potter:
Tenemos el placer de informarle que usted ha sido reinstalado en el puesto de buscador en el equipo oficial de Quidditch de su casa y que ha sido ascendido al puesto de Capitán del mismo. Esto debido a la salida de la Srta. Jonson, ultima capitana, ya que acaba de terminar su educación en esta institución. Usted se pondrá de acuerdo con el resto de su equipo para elegir a los nuevos integrantes para los puestos de cazadores por la salida de las Srta.’s Bell y Spinnet, también para decidir cuales serán sus días de entrenamiento.
Sin más por el momento, que pase felices vacaciones.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora adjunta.

- ¿Qué pasa, Harry? – preguntó Ron desconcertado. Harry solo le pasó la carta y le indicó que la leyera Cuando terminó, actuó igual que Hermione, dando saltos como loco.
- ¡¡HARRY ES CAPITÁN, HARRY ES CAPITÁN!!
Todos lo felicitaron, los gemelos, Hermione, los señores Weasley, Ginny. Pero la hermana pequeña de Ron también tenía mucho por qué sentirse contenta, a ella la acababan de nombrar prefecta del colegio y sus papás estaban felices. Harry no se lo podía creer, estaba devuelta en el equipo y además era CAPITÁN, hacía mucho tiempo que Harry no jugaba y ya extrañaba mucho su deporte favorito: el Quidditch.

Conforme avanzaban los días, el regreso a Hogwarts se acercaba cada vez más, Harry y los demás se habían comprado sus nuevos libros y a Ginny le dieron su regalo por ser prefecta, al igual que Ron, y para sorpresa de éste, ella también quería una escoba.
Ya faltaba solo una semana para el 1 de septiembre y los chicos estaban revisando sus nuevos libros.
- Ya sabemos Hermione, ya los leíste todos – dijo Ron algo fastidiado cuando Hermione se preparaba para hablar.
- No iba a decir eso. – contestó la chica indignada – solo iba a preguntarles si ya checaron el libro de DCAO.
- Yo no, ¿porqué? – respondió Harry.
- Es que, bueno es bastante especializado y complicado, ¿no creen?, trae hechizos muy difíciles.
- Pues a mí no me parecen tan complicados. – comentó Harry.
- A ti no porque eres el mejor en la materia. Oye, este libro dice como hacer las maldiciones imperdonables. – dijo Ron cuando ya examina su libro.
- Lo sé – contestó Hermione – creo que este año nos enseñarán a hacerlas.
- ¡Pero, no pueden, se supone que está prohibido por el ministerio! – agregó Ron alarmado.
- ¡Ay!, pues quien los entiende – alegó Harry con aire fastidiado – primero se quejaban de que con Umbridge no aprendían nada, y ahora que vamos a aprender cosas de verdad también se quejan.
- Pero Harry – Hermione estaba empezando a preocuparse de verdad – no podemos aprender esto, es, es demasiado avanzado para nuestro nivel, no podemos pasar de 0 a 100 tan rápido.
- Yo creo que sí podemos, solo hay que aplicarnos y listo.
- Si, claro, como tú sacaste “E” en el TIMO de DCAO. – murmuró Ron.
- Esta bien, si tienen problemas yo les puedo ayudar, podemos seguir con las sesiones del ED para practicar lo que veamos en clase ¿qué les parece?.
- Excelente idea Harry. Ahora, sin la presión de los timos podremos practicar más seguido.
- Pues yo creo que necesitaré toda la ayuda posible. – comentó Ron algo más calmado.
Alguien entró en la habitación, era la Sra. Weasley.
- Chicos, ya es hora de la cena, bajen por favor.
Los tres se encaminaron hacia la cocina. Cuando iban bajando las escaleras, Harry sintió una punzada muy dolorosa en su cicatriz, hacía tiempo que había estado tranquila sin causarle muchos problemas (solo le molestaba de vez en cuando). De pronto se sintió mareado y se tambaleó, tuvo que sostenerse del pasamanos de la escalera para no caer. Ni Ron ni Hermione se dieron cuenta porque ellos iban delante de él. Siguió andando con cuidado, al llegar abajo se le pasó un poquito. Ya en la cocina se sentó, pero cuando le sirvieron la cena, se le revolvió el estómago y le dio náusea, también tenía escalofrío. Intentó comer aunque fuera un poco, pero con el primer bocado se sintió tan mal que pensó que lo vomitaría. Empezó a sudar profusamente, vio su reflejo en la cuchara y se dio cuenta de que estaba pálido (con un tinte verdoso) y que su cicatriz, de alguna forma sobresalía más de lo normal. Empezó a dolerle, no solo la cicatriz sino toda la cabeza, como si su cerebro fuera victima de muchos hechizos aturdidores a la vez. Se sentía enfermo, terriblemente enfermo, como nunca lo había estado.
- ¿Harry? – la Sra. Weasley se le acercó - ¿Qué te pasa, te sientes mal? – puso su mano sobre la frente de Harry.
- ¡Válgame el cielo, estás ardiendo en fiebre! – todos lo miraban.
- No, no, estoy bien. – mintió Harry. Intentó levantarse de la silla cuando sucedió. En ese instante fue como si alguien lo hubiera golpeado, la cocina empezó a empequeñecerse y a dar vueltas y vueltas, no pudo mantener el equilibrio y cayó al suelo. Lo único que logró escuchar después de eso fueron los gritos de la Sra. Weasley.

No hay comentarios: