lunes, 21 de enero de 2008

Capítulo 14.- Temporada de Quidditch.

- ¿Dónde estuvieron anoche? – preguntó Harry, mientras veía a su amigo levantarse y cambiarse de ropa, ya que seguía con la misma túnica del día anterior. Él no lo miraba y hacía todo para esconder su rostro de Harry.
- Anduvimos por ahí, regresé como a las tres de la mañana. – respondió.
- ¿Porqué discutieron anoche?
- Por nada en especial – se limitó a decir.
- Lo de anoche no parecía “nada en especial”.
- No sé porque te preocupas por nosotros, si tú fuiste el que nos dejó solos. – comenzó a decir Ron, y conforme lo hacía, su tono de voz se elevaba. – Además ya casi nunca nos hablas, te guardas todo, ni nos cuentas las cosas como antes. ¡Es más, hasta pareces estar enojado todo el maldito tiempo!
- ¡Oye, esto no se trata de mí, se trata de ustedes, USTEDES eran los que se peleaban!. Además yo pensé que querían estar solos, por su comportamiento conmigo.
- ¡Eso ya no importa, el daño ya está hecho!
- Pero, ¿de qué daño hablas?
- ¡No creo que te importe!
Harry lo miró por un momento, luego dijo con frialdad.
- Bien, discúlpame por haberme entrometido en tus problemas. – después salió de la habitación enojado y confundido por la forma en que lo trató Ron. Ellos habían sido amigos desde su primer día en Hogwarts y el hecho de que él estuviera enojado con Hermione, no le daba derecho de desquitarse con él.
Harry llegó al Gran Comedor. Ahí vio a Hermione sentada al lado de Ginny tomando el desayuno. Ella también parecía estar molesta, pero más que molesta, decepcionada y triste, con cara de haber llorado casi toda la noche. Él se acercó y tomó asiento con ellas.
- Buenos días Harry. – saludó Ginny.
- Buenos días – contestó Harry – buenos días, Hermione.
- ¿Eh?, ¿qué? – la chica parecía estar en otro mundo.
- ¿Estás bien?
- Sí, no, bueno, no me siento muy bien. Será mejor que me vaya a dormir un rato. – entonces la chica se marcho.
- ¿Qué le pasa? – preguntó Harry a Ginny.
- ¿No te enteraste? – Harry negó con la cabeza – A mi querido hermano se le ocurrió hacerle una broma a Hermione, por cierto muy pesada y creo que no quería llegar a tanto, pero escogió mal a la persona. Aunque ahora pienso que no fue una broma del todo. Se supone que ellos iban a pasar el día juntos, solos, se las ingeniarían para deshacerse de ti, como si no fuera suficiente el tiempo que ya pasan juntos todo el día, pero bueno, el caso es que todo estaba muy bien en Las Tres Escobas hasta que Ron va por una cervezas de mantequilla, en la barra se encontró con Lavander Brown, Parvati y Padme Patil. Ellas, en especial Padme Patil, lo entretuvieron tanto tiempo que Hermione tuvo que ir por él, pero él no quiso regresar con ella, lo que me pareció una grosería para Hermione, dijo que se quedaría a platicar con esas chicas, ya que ellas lo trataban como a un héroe nacional, le daban todo y el tonto se lo creía. Entonces Hermione obviamente se molestó, le dijo que porqué la había invitado si no iba a estar con ella, dijo que al menos, si le hubiera dicho que la iba dejar, ella se habría ido y no lo habría molestado, pero no, tenía que humillarla de esa forma. También él le dijo que no había porqué molestarse, que “había demasiado Ron para todas” y eso la enfureció más, entonces ella, en un arranque de ira, te mencionó a ti.
- ¿A mí?
- Sip. – continuó Ginny. – Ella dijo que tú al menos decías las cosas sinceramente y que no dudabas en dejar lo que estabas haciendo para ir con ella si ella te necesitaba, aunque solo fueran amigos. Eso sí que molestó a Ron y fue ahí donde empezaron a gritar los dos como dementes.
- Así que por eso está molesto conmigo. Vaya, pues lo que hizo no esta bien, te lo digo por experiencia propia, no debió dejar plantada a Hermione, y mucho menos así. Además, ella no se lo merece.
- Ron es un caso perdido. – concluyó la pelirroja.

Los días de noviembre iban transcurriendo muy rápido y ya se aproximaba la época de quidditch, así que los entrenamientos eran cada vez más pesados. A Harry no parecían afectarle, ya que se había acostumbrado al trabajo duro, pero el resto del equipo era casi novato y muy pocos le seguían el paso.
Era la mañana del Sábado, y era una mañana de otoño azotada por un viento freso, mas no frío. Los equipos de Gryffindor y Slytherin se enfrentarían en su primer partido de la temporada y todo el colegio esperaba con ansia este encuentro. Antes del partido, Harry reunió a su equipo en los vestidores, pero faltaba uno, el guardián, y nadie sabía donde estaba, hasta que el susodicho va entrando con el sebo del mundo (como si nada) y con una cara de felicidad que no podía con ella.
- Por fin llegas, - dijo Harry, molesto – pero gracias por acompañarnos. – ya continuando con su discurso: - bien, sabemos como juega Slytherin, ellos harán todo lo posible por hacer trampa y hacernos perder los estribos, les pido por favor que no se dejen provocar, se que es difícil, pero tenemos que hacerlo.
- Escuché que tienen a un nuevo cazador y otro guardián, dicen que son buenos.
- ¿Sabes quienes son? – Sloper negó con la cabeza. – bueno, no importa, debemos tener más cuidado aún. Entonces ¡¡A GANAR!!
Antes de salir al campo, Ron detuvo a Harry, quería hablar con él.
- Veo que ya hicieron las pases tú y Hermione. – dijo al verlo tan sonriente.
- Sí, - respondió el pelirrojo, algo sonrojado – pero lo que quería decirte, bueno, es que, yo y luego, y bueno, lo que pasa es que…
- Esta bien, no te preocupes. – dijo Harry, al notar como su amigo trataba de disculparse. Ya vueltos amigos, los dos salieron con el resto del equipo al campo.
Todo el colegio se disponía a tomar los mejores asientos en las tribunas ya que el juego entre Leones y Serpientes estaba a punto de comenzar. Los dos equipos salían al campo de juego montados en sus escobas, ahora el nuevo narrador era un chico de Ravenclaw.
- ¡Y aquí vienen los dos equipos entrando al campo. De Gryffindor, Weasley guardián, Kirk y Sloper golpeadores, Weasley, Limura y McDonald cazadoras y Potter buscador. Por el equipo de Slytherin, Perlia (Alan) guardián, Crabbe y Goyle golpeadores, Nott, Pucey y Waller cazadores y Malfoy buscador.
Harry se sorprendió al ver en el campo a Veranna, y más se sorprendió al ver que montaba una extraña escoba negra con detalles plateados, él nunca había visto un modelo como ese, y el comentarista tampoco ya que no supo como nombrar la escoba. Como siempre ella no estaba sola, Alan era el nuevo guardián, << 'ni para jugar la deja sola' >> pensó Harry inconscientemente. Harry la miraba fijamente a ella, en busca de una señal de reconocimiento, pero ella estaba muy seria, hasta parecía molesta y no miraba a Harry. Aunque eso ya no le extrañaba al muchacho, pero sí se sintió algo dolido, si bien no quería admitirlo, de unos días a la fecha pensaba mucho en ella, sobre todo después de la noche de Halloween, y realmente le afectaba cuando ella no le dirigía la palabra. No lo aceptaba y hasta cierto punto se reprochaba a sí mismo el hecho de que Anny le atrajera, incluso que le gustara, ella era Slytherin y él Gryffindor y si intentara relación con ella, sería el peor golpe que podría darle a su casa.
- ¡Muy bien, los jugadores toman sus posiciones y comienza el partido! ¡Limura pasa Weasley, Weasley la lleva, Crabbe le manda una blodger con bastante fuerza, Weasley la esquiva, pierde la quaffle, la recoge Nott, Nott la lleva, pasa a Sloper y Kirk, está llegando al área de los aros, tira y… Weasley, el guardián hace una parada increíble, se la pasa a McDonald, McDonald la lleva, pasa a Weasley, ella se la pasa a Limura, Limura la regresa, Weasley la pasa de nuevo a McDonald, se acercan al área de tiro, lanza y... la bloquean, la quaffle cae, la tiene Weasley, tira otra vez y… anota, Gryffindor con la delantera 10 – 0, esas chicas si que saben jugar. Ahora la tiene Pucey, que se la pasa a Nott, Nott se la regresa, al parecer no dejan a la otra cazadora participar mucho. Weasley la salva nuevamente, se la pasa a Limura, no hay quien detenga a estas chicas, anotan nuevamente, 20 – 0 favor Gryffindor…
El juego continuaba así, al poco rato Gryffindor anotaba su tercer punto. Harry no estaba muy preocupado por hallar la snith ya que Malfoy no la estaba buscando, se había entretenido en preocuparse por su equipo. Harry sobrevolaba el área de Slytherin cuando escuchó a Alan gritar a su equipo:
- ¡Bien, es hora de jugar en serio!
Y entonces comenzó. Anny había estado muy inactiva durante el partido hasta ese momento, le arrebató la quaffle a Nott y avanzó a una velocidad increíble hacia los aros de Ron, el cual no estaba preparado para aquella envestida.
- ¡Pero que velocidad! – decía el narrador - ¡casi tan rápida como la Saeta de Potter!, ¡que manera de anotar, ahora son sus compañeros los que no tienen oportunidad, ella sola ha empatado el juego 30 – 30!
Ella volaba de una forma admirable, no conocía a nadie que lo hiciera como ella. Harry comenzó a preocuparse de encontrar la snith lo más pronto posible, porque a ese paso les ganarían el juego por puntos. Alan ya no dejó entrar una quaffle más por sus aros y Ron ya había permitido 15. Por fin, cuando iban 03 – 17 favor Slytherin, cerca de las gradas de Hufflepuff, Harry vislumbró un destello dorado que revoloteaba incesantemente. Se lanzó en picada hacia él, Malfoy estaba hasta el otro extremo del campo y ni de chiste llegaría a tiempo, así que tomó el bat de Goyle y lanzó una fuerte bludger hacia Harry, pero Ginny se le atravesó en el camino y le dio a ella en la cabeza. Harry no se dio cuanta hasta que la pequeña pelota dorada estuvo en su mano, y fue cuando volteó que vio a Ginny caer de su escoba de forma irremediable, y no había nadie cerda de su equipo quien pudiera ayudarla, así que se lanzó por ella a toda velocidad, pero aún así no iba a llegar. Entonces alguien más la atrapó de un brazo y la mantuvo colgada de los aires hasta que Harry llegó. Veranna la había alcanzado antes de que se estrellara. Cuando Harry llegó hasta ellas ayudó a Ginny a subir a su escoba.
- Gracias – dijo Ginny, mientras se aferraba a Harry para no caer de su escoba. Pero él, Harry, solo veía a Veranna, que también le regresaba la mirada, y Ginny lo notó.
- Dile a tus jugadores que tengan más cuidado la próxima vez. – dijo sin quitar los ojos de él, luego se fue.
La Sra. Hooch reprendió a Malfoy por la falta y declaró a Gryffindor ganador del partido. Ya en los vestidores.
- ¿Estas bien Ginny? – Preguntó Ron.
- Sí, estoy bien, no te preocupes, solo fue el susto y el golpe.
- Debes ir a la enfermería, Ginny.
- No, de verdad, estoy bien.
- Acompáñala McDonald. – dijo Harry sin rodeos. No estaba de humor.
- Casi nos ganan ¿eh? – comentó Ron. – No entiendo como pueden jugar así de sucio. Esa Waller está loca, no he visto a nadie jugar como ella y el guardián no se queda atrás.
- Yo creo que jugaron bastante decente, para como acostumbran. – habló Mika.
- Tú vienes del mismo colegio que ellos. ¿Ya los habías visto jugar?
- Solo a Alan, a ella nunca la dejaron entrar a ningún equipo, y ya veo porque. Generalmente ellos deja en cama a todos sus oponentes de Quidditch, aunque ahora no hubo muertos, que sorpresa.
Todos se callaron ante la declaración de Mika. Lugo el equipo se fue a cenar.
Ya todos estaban en el Gran Comedor, Harry y Ron se reunieron con Hermione (que ya estaba bastante contenta). Los tres estaban cenando muy tranquilamente cuando de pronto se escuchó en todo el salón el grito de una chica. Como ellos estaban cerca de la entrada fueron de los primeros en salir. Cuando llegaron al vestíbulo de entrada encontraron una desagradable escena: Pansy Parkinson volaba de cabeza a unos tres metros de altura, mostrando su ajustada y, según ella, “sexy” ropa interior a todo el mundo. Abajo, con la varita extendida hacia la chica voladora, estaba Anny, que tenía una expresión maliciosa en su rostro, una mirada cruel y una extraña sonrisa surcaban sus labios. A su lado estaba Malfoy, destornillándose de risa, y Alan, que estaba algo pálido y enojado.
- ¡Bájala!. – le decía el chico.
Pero Anny no respondió, tan solo se limitó a verlo unos segundos. Su rostro claramente reflejaba lo que pensaba.
- ¡TE DIGO QUE LA BAJES!
- Quiero divertirme un rato. – dijo ella, simplemente. – Además, ella se lo buscó.
- ¡No te lo voy a repetir!, ¡no es divertido! – amenazaba Alan.
- Para mí sí lo es, y mucho. – decía ella. Malfoy seguía riéndose. – Te sugiero que te calles, Malfoy – Anny ya estaba harta de su risa, – si no quieres acompañarla.
- ¡Bájala inmediatamente! – Hermione se acercó a ella decididamente. Claramente estaba furiosa. Veranna solo la miró aproximarse sin decir o hacer nada.
- ¡Que la bajes! – repetía Hermione.
- ¡TÚ NO TE METAS SANGRE SUCIA! – se oyó gritar a Pansy desde los tres metros de altura donde estaba.
Entonces Anny alzó un poco más su varita y Pansy se elevó otros dos metros y empezó a dar vueltas sobre su propio eje muy rápidamente.
- No deberías permitir que te hablen así. – dijo Anny a Hermione, pero ella seguía enojada porque no le hacía caso de bajarla.
- ¡Soy Prefecta y te ordeno que la bajes! – decía la chica, cada vez con menos paciencia. Pero Anny se le acercó hasta quedar a un palmo de ella y le dijo casi en un susurro:
- Bueno, ¿por qué no me obligas?
Hermione estaba a punto de sacar su varita cuando Harry la detuvo. Él no decía nada, tan solo miraba a Veranna a los ojos buscando una explicación para su comportamiento. Pero ella evitaba su mirada.
- ¡¿Qué pasa aquí?! – la profesora McGonagall acababa de llegar. – Srta. Waller, ¿qué se supone que está haciendo? ¡Baje inmediatamente a la Srta. Parkinson!
- Para qué profesora – dijo Anny con voz melosa, – ella está muy bien allá arriba.
- ¡Que la baje, he dicho!
- Como guste, profesora. – respondió lacónicamente. Y con un movimiento de su varita, Pansy se precipitó a toda velocidad contra otras chicas de Slytherin, que estaban enojadas por lo que le había hecho a su amiga.
- ¡Sepa que le quitaré 50 puntos a su casa! ¡Ahora me acompañará a la oficina del director!
Veranna se fue detrás de la profesora McGonagall, aún con la sonrisa de satisfacción por lo que le había hecho a Parkinson. Entonces un par de voces a la derecha de Harry empezaron a hablar de algo que le interesó.
- Parece que por fin reventó de nuevo. – decía Mika a una chica rubia.
- Ya se había tardado. – respondió la rubia. – Debe estar furiosa por lo del partido.
- Bueno, al menos solo la hizo volar.
- Tienes razón, ella sigue viva.
Las dos chicas continuaron con su platica camino a la sala común. Harry aún seguía en el vestíbulo.
- ¡Cómo se atreve a ignorarme así! – seguía diciendo Hermione, que estaba indignada.
- Tranquilízate – decía Ron – la bruja está loca.
- ¡Pero al menos McGonagall le dará su merecido!
- Mejor vamonos a la sala común – propuso Harry. – Hemos visto mucho esta noche.
Los tres se encaminaron hacia la torre de Gryffindor. Cuando llegaron Harry vio a Mika platicar muy animadamente con la chica rubia y tenía la tentación de preguntarles si ellas sabían algo del extraño comportamiento de su compañera de pociones.
- Yo me voy a dormir – dijo de pronto Hermione – estoy cansada.
- Yo también creo que me voy – agregó Ron - ¿Te quedas o te vas? – preguntó a Harry.
- Yo me quedo un rato. – mencionó al ver su oportunidad.
Una vez que sus amigos abandonaron la sala, Harry se acercó a las chicas que platicaban.
- ¿Puedo acompañarlas?
- Claro, siéntate. – dijo Mika. – Ella es Tara Alberú, está en 5°.
- Mucho gusto, yo soy…
- Sé quien eres, tendría que ser alien para no saberlo. – dijo la rubia, antes de que Harry terminara de presentarse. – ¿Estuviste presente en el espectáculo de hace rato?
- Si – respondió Harry. – ¿Ustedes que piensan?
- Hasta que por fin Waller se presenta como es. – Dijo Mika.
- ¿Ustedes la conocen?
- No en realidad – respondió Tara. – solo vemos lo que ella quiere mostrar. Yo creo que ni Alan la conoce realmente como es.
- No entiendo.
- Tú no conoces su historia, y para tu seguridad, sería mejor quedarte así.
- Vamos, cuéntenme.
- Bien, yo contaré la historia – dijo Tara, – para empezar Waller es una chica… rara, rara y peligrosa. Llegó a nuestro colegio el año pasado, junto con el nuevo guardabosques. De inmediato anduvo con Alan, el chico más malo de toda la escuela. Casi nunca se separaban.
- Aunque él era malo, ella era peor. – interrumpió Mika – La llamábamos “Reina de Hielo”, porque era de sangre fría. Atacaba sin piedad a quien se le pusiera enfrente, como a esa Parkinson, con razón o sin ella. Todos la temían.
- Con el simple hecho de ser amiga de Alan sabíamos que era peligrosa. – continuó Tara – Pero hasta cierto punto, él la controlaba un poco. Ella lo desafiaba y él la sometía, aunque muy pocas veces lo lograba.
- ¿En serio es tan malo?
- Nunca te has enfrentado a él. – dijo Mika.
- Además practica magia negra – agregó Tara. – ¿Te has fijado que siempre trae un libro negro? – Harry asintió – Pues una vez lo tomamos y, sorpresa, no tiene nada escrito.
- También siempre se veía a escondidas con el guardabosques. Él le enseñaba magia oscura o algo así. Recuerdas – dijo Mika a Tara.
- Todo lo que hemos dicho es cierto – exclamó Tara, al ver que Harry pone cara de << 'que mentiras' >>.
- Y eso no es todo, – continuó Mika – la razón por la que no confiamos en ella es esta. El último día de clases del año pasado, todos los que estamos en este colegio habíamos salido al bosque. Cuando regresamos a la hora de la cena, el resto de los alumnos, los maestros, todos, yacían muertos en el Gran Salón de Banquetes.
- ¿Todos?
- Todos, menos ella. – aclaró Tara – Ella estaba frente a un montón de ropa, la del anciano guardabosques, pero el cuerpo del hombre había desaparecido y ella estaba como en trance. Nosotros la culpamos de aquella atrocidad.
- ¿Ella los mató? – preguntó Harry, muy sorprendido y sin creer una palabra.
- No, pero fue la única que sobrevivió.
- Y, ¿no les parece injusto acusarla así como así?
- Quien mató a todos tuvo una razón para no matarla a ella. – dijo Tara, molesta. – Quisimos saber cual fue, pero ella no habla de ese día. Si quiere llevarse el secreto a su tumba, puede hacerlo, no me importa, teníamos que culpar a alguien.
- Si nos disculpas – dijo Mika – creo que nos vamos a dormir.
Ella y Tara se levantaron y se dirigieron a sus dormitorios. En algún punto de la conversación se habían molestado. Harry se quedó solo, sentado, meditando todo lo que le dijeron. Parecía que habían descrito a una bruja perversa, pero Harry sentía que conocía a Anny más que nadie y ella no era como esas chicas se le había descrito, lo único que concuerda es la parte de que siempre anda con Alan, pero todo lo demás no parecía real. Eso sí, la forma en que trató a Parkinson lo desconcertó. Harry pensaba que había una explicación lógica para ese comportamiento. Aún así, ¿a caso solo Harry la conocía como realmente era?

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